En el mundo del márketing, uno de los términos de los que más se habla es el concepto de “marca”. Se trata de todos aquellos elementos que identifican un producto, una empresa o un servicio, y que lo diferencian de toda su competencia. Puede incluir todo tipo de elementos como logotipos, diseños o cualquier otro factor que despierte un recuerdo en la mente de los consumidores; pero en el sentido más estricto, la parte más importante de la marca es el nombre.
Para todos aquellos emprendedores que quieran generar un negocio de cierto tamaño, llegará un momento en el que tendrán que empezar a pensar en registrar una marca. Hacerlo puede traer muchos beneficios, pero el principal es que al hacerlo estarás protegiendo los distintos elementos que posicionan a tu empresa en la mente de tus clientes contra personas que quieran copiarlos para aprovecharse de tus esfuerzos de márketing.
Sin embargo, el proceso de registrar una marca puede despertar todo tipo de dudas entre las personas que se están planteando hacerlo. Por ejemplo, ¿cómo se lleva a cabo el proceso? ¿Es obligatorio por ley registrar una marca cuando se ha puesto en marcha una empresa o negocio? ¿Cuánto cuesta hacerlo?
En este artículo intentaremos resolver todas tus dudas al respecto, para que puedas registrar tu marca sin problemas una vez que decidas que ha llegado el momento de hacerlo.
¿Me obliga la ley a registrar mi marca?
Lo primero que debes saber sobre el proceso de registrar una marca es que no existe ninguna ley que te obligue a llevarlo a cabo. En teoría, podrías estar toda la vida trabajando con tu empresa sin darla de alta en la Oficina de Patentes, y no tendrías por que tener ningún problema legal.
Sin embargo, si actuases de esta forma, correrías el riesgo de que alguien tratase de copiar tu negocio una vez que este hubiese alcanzado el éxito. Por el contrario, si decides registrar tu marca, te convertirás en la única persona con el derecho a explotarla, lo que te protegerá contra posibles plagios.
Pasos a dar para registrar una marca
El proceso de registro de una marca puede parecer intimidante si no se ha hecho nunca. Es perfectamente posible realizarlo de manera individual yendo a la Oficina Española de Marcas y Patentes; pero muchas personas optan por contratar a un representante para que les haga los trámites, normalmente a un Agente de la Propiedad Industrial.
Aún así, una vez que conozcas los pasos a dar te darás cuenta de que no es tan difícil dar de alta tu marca. A continuación te describimos cada uno de ellos, para que puedas realizar el proceso por ti mismo si decides seguir esta ruta.
Lo primero que tienes que saber es que, en España, podrán dar de alta una marca los siguientes individuos:
- Personas físicas o jurídicas de nacionalidad española.
- Personas de otros países que tengan permiso de residencia en España, o que tengan un centro de explotación comercial o industrial dentro del territorio del país.
Si no entras dentro de ninguno de estos dos grupos, tendrás que contratar a un Agente de la Propiedad Industrial para que realice el proceso por ti. Sin embargo, durante el resto del artículo asumiremos que sí que formas parte de alguna de estas dos categorías.
Una vez que te hayas asegurado de que puedes registrar una marca por ti mismo, tan solo tendrás que dar los siguientes pasos:
- Escoger el nombre que quieres registrar y comprobar que sigue disponible.
- Elegir qué tipo de marca vas a dar de alta.
- Escoger una clase de las comprendidas en la Clasificación NIZA.
- Presentar la solicitud en la Oficina Española de Patentes y Marcas.
- Estar atento a cualquier posible error en el proceso.
A continuación veremos cada uno de ellos.
1- Escoger el nombre de tu marca
Sin duda, una de las partes más complicadas de registrar una marca es dar con un nombre que represente el producto o servicio que estás ofreciendo, y que todavía no haya sido utilizado previamente por alguna empresa.
Muchas personas siguen todos los demás pasos, presentan su solicitud en la Oficina de Patentes, y descubren con sorpresa que el nombre que deseaban registrar ya estaba siendo utilizado. Como consecuencia, tienen que volver a repetir los trámites, pagar tasas extra, y pensar en un nuevo nombre que todavía nadie haya registrado.
Para evitarte estos problemas, lo mejor es que hagas una lista con varios nombres posibles que creas que pueden representar el espíritu de lo que quieres transmitir con tu negocio. Una vez que tengas unos cuantos, podrás utilizar el buscador online que ofrece la propia Oficina Española de Patentes y Marcas para comprobar si alguno de ellos está disponible. Puedes encontrarlo a través del siguiente enlace: http://consultas2.oepm.es/LocalizadorWeb/
La clave en este paso es que no te desesperes. Si trabajas dentro de un sector muy popular, puede costarte varios intentos dar con un nombre que no solo te guste sino que esté disponible. Sigue intentándolo, y verás cómo dentro de poco has conseguido encontrar uno adecuado.
2- Elegir qué tipo de marca vas a dar de alta
En función de los elementos que quieras registrar, tendrás que escoger entre tres tipos distintos de marcas:
- Marca denominativa. Son todas aquellas en las que lo único importante es el nombre. Cuando registras una marca denominativa, más adelante no tendrás ningún derecho sobre el diseño de tu logotipo ni ningún otro elemento similar; por lo tanto, se trata del tipo más básico que existe.
- Marca gráfica. Es el caso contrario al anterior. Las marcas registradas de este tipo solo te otorgan derechos sobre el logotipo o imagen que utilizas para representar a tu empresa. Normalmente solo se utilizan cuando el diseño es muy reconocible, y no necesita incluir texto para transmitir a qué empresa pertenece.
- Marca mixta. En esta categoría entrarían todas aquellas marcas que incluyen tanto elementos gráficos (como un logo o un dibujo) como de texto.
3- Escoge una clase para tu marca
El siguiente paso que tienes que llevar a cabo durante el registro es elegir qué tipo de servicio o producto estás intentando proteger. La Oficina Española de Marcas y Patentes sigue una clasificación conocida como “NIZA”, que engloba 45 clases distintas de marca entre las que debes escoger una.
El listado completo de clases puedes encontrarlo en el siguiente enlace: http://tramites2.oepm.es/clinmar/inicio.action. Esta parte puede ser complicada de realizar correctamente, pero es necesario que le prestes mucha atención, ya que cualquier error aquí podría significar que tu solicitud fuese denegada y tuvieses que volver a pagar las tasas para poder empezar de nuevo con el proceso.
4- Presentar la solicitud en la Oficina Española de Patentes y Marcas
Cuando ya hayas escogido un nombre (y quizás un logotipo), sepas qué tipo de marca vas a registrar, y de qué clase es, ya estás listo para ir a la Oficina de Patentes y presentar tu solicitud. Para ello, solo tendrás que rellenar un formulario (que puedes conseguir a través de Internet o en sus oficinas), pagar las tasas correspondientes, y entregarlo todo de manera física.
5- Estar atento a cualquier posible error en el proceso
Por último, una vez que hayas presentado la solicitud después de llevar a cabo todos los pasos anteriores, tan solo te queda esperar hasta que la Oficina de Patentes te de una respuesta. Esto puede tardar varios meses, tiempo que se emplea para ver si existe algún error en el proceso, si alguien reclama que ya existe una marca que pueda interferir con la que tú quieres registrar, y para publicarlo todo en el Boletín Oficial del Estado.
Cuando pase el tiempo correspondiente, si tu solicitud es aprobada, ¡enhorabuena! Habrás adquirido los derechos exclusivos de explotación de tu marca durante un periodo de 10 años.
Esperamos que, con estas instrucciones paso a paso, el procedimiento a seguir para registrar una marca ya no te parezca tan amenazante. De todas maneras, si crees que podría venirte bien un poco de ayuda, siempre puedes buscar a un asesor especializado en estos trámites. Hacerlo puede ahorrarte muchos quebraderos de cabeza.