Financiación en masa, suscripción o financiación colectiva, microfinanciación, micromecenazgo… son todas formas de llamar al crowdfunding, la cuestación de recursos económicos con la que arrancar desarrollar o simplemente afianzar un proyecto profesional y empresarial basado en la emprendiduría.
Al crowdfunding lo hemos descubierto por necesidad como opción de financiación en estos tiempos de crisis económica en los que los créditos bancarios han desaparecido de la faz de la tierra económica para desesperación/frustración de emprendedores y de startups colectivas.
El crowdfunding tiene buena prensa, se ha vuelto tema de trend topic como nunca lo había sido, y sigue una tendencia general también de estos tiempos, la de la colectivización de los esfuerzos y la de los desarrollos colaborativos de las plataformas en Internet.
Proyectos con sinergias en las redes sociales, en los que ofrecen intercambios en igualdad, los que se basan en el trueque justo y en tipos de cambio y monedas fuera del orden financiero establecido.
Pero ¿es el crowdfunding una buena herramienta de financiación? Veamos qué ventajas aporta y cómo se refleja esta forma de financiación en sus desventajas:
Ventajas del Crowdfunding
– Mejora de la reputación. El crowdfunding por su misma naturaleza colaborativa es un proceso con una alta difusión social con el que se busca llegar a más gente para alcanzar los niveles de inversión necesarios para llevar a cabo la idea. Esa gran difusión es una buena herramienta para ganar reputación en positivo.
– Publicidad gratis. Mientras se desarrolla la captación de fondos, los participantes ayudan a difundir la situación y las características del proyecto casi por necesidad. Se trata pues de una publicidad gratuita de alto valor y que proporciona un gran impacto social.
– Construcción de prototipos de negocios. El crowdfunding proporciona una relación original, única, entre quien promueve una idea, un proyecto de negocio, y quien se capacita para financiarlo. Se produce una retroalimentación alrededor de la causa alrededor de la cual todos se sienten partícipes. Incluso en proyectos fallidos se dan casos de resucitaciones como consecuencia de esas sinergias participativas. El público, o una parte de él, toma el relevo para continuar el proyecto donde se dejó.
– Donaciones en las que un poco hace mucho. Pequeñas cantidades donadas de manera segura y en continuo en plataformas online que lo garanticen pueden obrar el milagro mágico de crear mucho de la nada o de casi nada. El crowdfunding puede mover mucho dinero con aportaciones casi infinitesimales.
Desventajas del Crowd Funding
Vamos ahora con las desventajas más evidentes y recurrentes:
– Financiación limitada en el tiempo y en los fondos. El crowfunding tiene un inconveniente de raíz, de la misma manera que las aportaciones pueden ser muy populares en los comienzos, también pueden agotarse al cabo de un tiempo precisamente porque deja de ser popular.
Todo se basa en una novedad, en una oportunidad, y cuando se repite el mismo esquema para pedir por lo mismo, no suele funcionar. Deja de fluir el dinero benefactor. Es complicado entonces mantener el impulso. Por esa razón, siempre se sugiere buscar la financiación para todo el proyecto a la primera y nunca acudir a un sistema de fases. Con el crowdfunding no funciona.
– Las evidencias del fracaso. El éxito de una acción de crowdfunding como hemos visto aporta notoriedad, visibilidad, pero un fracaso en la financiación genera el efecto opuesto, que el daño a la reputación se exhiba de la misma forma. Éso sin duda puede ser un handicap para encontrar nuevos inversores en el futuro y al margen del crowfunding. Ni que decir tiene que también representa un problema para entregar una imagen positiva a los clientes.
– Plagiabilidad. Tener una idea única y buscar financiación con el crowdfunding pueden no casar muy bien. Con esta fórmula de financiación estaremos descubriendo todas nuestras cartas antes de consolidar la idea con una inyección económica y de tener recursos con las que garantizar registros de patentes y demás. Bajo ese panorama es fácil que la idea de negocio, el producto o el servicio, se copien.
– Descontrol. El crowdfunding, a diferencia de otras formas de financiación, no está sometido más que a reglas voluntaristas en las que las personas que entregan su dinero pueden tener una vaga promesa de que serán recompensadas. Tampoco hay control por parte de los titulares del proyecto que pueden salir de la causa durante el proceso de consolidación que suele ser por definición muy volátil. Cambios de gestión pueden variar los pactos sobre los retornos de las inversiones.
El crowdfunding es un tipo de financiación que se basa en el entusiasmo colectivo por participar aunque solo sea de refilón en ideas que pueden cambiar las cosas. Se trata de una fórmula que conjuga lo mejor de nuestra humanidad, colaborar, procurar tareas productivas asociándonos.
Asociándonos para un esfuerzo común, con un toque de positivismo para algo que se percibe como una novedad, pero que sólo cobra vida si prestamos nuestra ayuda y participamos. Un mito de creación con financiación en corto.